Nos encontramos en pleno otoño y antes de que nos visiten las primeras nieves, nuestro objetivo es el disfrute de los pinares de Abantos y de acometer otro reto importante , la subida al célebre puerto que lleva su nombre, subida en la que no hace muchos años un tal Heras destrozo en una cronoescalada a una figura emergente como Nozal. La ruta transcurrirá por los confines de nuestra comunidad y se adentrará en tierras abulenses durante muchos kilómetros. Dejamos el coche en Robledondo , un pueblo pequeño de construcción anárquica, donde apenas se refleja la edificación clásica de montaña y donde su único patrimonio , como muchos de los pueblos de la sierra es el entorno que la rodea.

Robledondo – San Lorenzo del Escorial (9,5 kms)

Desde Robledondo, hasta el cruce de la 505 que viene de Ávila, nos encontramos con unos tres kilómetros empinados que nos sirven para ir afilando las piernas, una vez dejado el cruce , y a mano izquierda aparece un mirador , desde donde podemos divisar el inigualable monasterio del Escorial. Dejado atrás este mirador , comienza el descenso del puerto de la Cruz Verde, un puerto de tercera categoría, conocido para los aficionados de las motos, y que a través de unas cerradas curvas nos deja a las puertas de la villa de San Lorenzo y su magnifico monasterio. El trafico es abundante durante la bajada, lo que no le hace muy recomendable para su disfrute.Una vez finalizada la bajada, nos desviamos a San Lorenzo, y rápidamente nos adentramos en el empedrado que rodea el Monasterio del Escorial, sin apenas haber realizado algún esfuerzo, nuestros sentidos pueden disfrutar de la belleza de esta edificación. Al dejar atrás el empedrado y una vez ya dentro de el propio San lorenzo giramos a mano izquierda y a través del casco antiguo , comenzamos con las primeras rampas de la subida a abantos.(en altimetrias puertos encontraras infamación más detallada).

San Lorenzo del Escorial – Alto de Abantos(11.5 kms)

Los primeros 2 kilómetros transcurren por las calles de San Lorenzo, con algunos porcentajes que llegan al 14% , una vez llegada a una valla que nos adentra en los propios pinares de la Sierra de Malagón y donde la carretera se estrecha , convirtiéndose en casi una pista asfaltada, los porcentajes se suavizan. Es aquí donde empezamos a disfrutar de esta magnifica subida entre pinares, la carretera apenas tiene tráfico, lo que nos deja disfrutar con mayor intensidad. 2 kms mas adelante los porcentajes disminuyen tanto, que incluso nos encontramos con una pequeña bajada que nos conduce , hacia un área recreativa, donde unos paseantes devoran su almuerzo. Es sin embargo aquí, donde el puerto comienza a ser más puerto y donde según nuestras previsiones nos esperaran las temidas rampas que hacen de este puerto un primera.Y no se hacen esperar mucho, apenas pasados 2 kilómetros del área de servicio nos encontramos con dos rampas seguidas de casi un kilómetro (del ocho al nueve) que con un porcentaje medio de casi el 11% nos hacen amarrarnos al asfalto, el esfuerzo es brutal, y mas teniendo en cuenta los kilómetros de puerto recorrido. Por fin , extenuados por el esfuerzo llegamos al final de la loma , y aquí abriéndose el puerto, que venia encajonado entre pinares nos deja ver las tierras cercanas de Ávila. Los dos últimos kilómetros descienden en porcentaje y es justo entre la frontera de Madrid y Ávila donde el famoso puerto de Abantos se corona. Es triste que esta magnifica subida no posea un cartel , testigo del sufrimiento de todos los valientes que afrontan sus duras rampas. Es este puerto , una subida inconstante con duras rampas a las que siguen kilómetros más tendidos, y con un terrorífico kilómetro que destrozaría al menos avezado de los aventureros, es en definitiva un puerto para corredores de poco peso, preparados para los cambios más bruscos en el asfalto.

Alto de Abantos –Peguerinos (10 kms)

Descendemos hasta Peguerinos lo que sería la vertiente abulense del alto de abantos. Un descenso entre poblados pinares y miradores naturales desde los cuales podemos divisar la no muy lejana vega del jerte. De vez en cuando el paisaje nos ofrece pequeñas masas rocosas que nos hacen recordar el paisaje de la Pedriza. Es justo antes de llegar a Peguerinos, donde el paisaje alcanza su máximo esplendor, el pantano de Aceña, que descansa a los pies de dicho pueblo nos regala su quietud. Es este pueblo , conocido de los domingueros que acaban sus escuetos paseos, en alguno de los muchos restaurantes que le pueblan. Pasamos sin detenernos en espera de otros días para degustar sus manjares.

Peguerinos- Santa Maria de la Alameda(7 kms) 

Al salir de Peguerinos nos encontramos con un kilómetro de unas rampas del 6%, que se nos hacen innecesarias después de tantos kilómetros de bajada. Una vez superados los repechos nos dejamos llevar hasta Santa Maria de la Alameda. Siendo hora de comer, nos detenemos en un bar que vemos en la carretera que discurre por el pueblo, que según nos dijo el paisanaje se trata del único sitio donde nos darían de comer. El bar cuyo nombre he olvidado, no resulto un acierto, bastante caro y la comida nada interesante, si pasáis por allí, alejaros , la gente que se aprovecha de las circunstancias no merece nuestro dinero. Es el único merito de este pueblo el ser el último pueblo de Madrid en su frontera con Avila.

Santa Maria de Alameda- Robledondo(6 kms)  

Una vez finalizada la comida, nos dirigimos al punta de partida y en espera de lo que sería un simple paseo hasta el coche , nos encontramos con algo nada recomendable después de comer, una subida de cerca de unos 4 kms, que no es lo que digamos una reconfortante siesta. Una vez pasado el pueblo descendemos un par de kilómetros hasta el recodo de un río donde empieza el pequeño alto hasta el pueblo de Robledondo. Sin esperar este último alto, los kilómetros empiezan a pesar y las primera casas del pueblo no aparecen. Por fin llegamos a Robledondo donde finaliza nuestra ruta de hoy. Las luces del día empiezan a recogerse y el paisaje se torna melancólico Son estos pueblos de arquitectura desigual , destrozados por la inmisericorde especulación de posguerra.